
Belinda y Mohamed Morales podrían haber vivido juntos más de tres meses. Las cosas que uno puede obtener, cuando sigue una pista son asombrosas. Hasta un salón de belleza en el rumbo de San Angel Inn, fuimos a dar, buscando conversar con una dama veracruzana que renta casas y departamentos en el sur de nuestra capital. La divertida dama pidió no ser delatada, pero sus conocimientos fueron reveladores: “estuvieron en mi casa de la calle Río Chico (en Chimalistac), de enero hasta mayo.
Él casi nunca estaba, pero ella constantemente hacía fiestas con mucha gente y escándalo, por lo que varias veces les llamé la atención, pues los vecinos se quejaban. Mire yo no le miento, aquí está el contrato”, decía mientras mostraba un documento. Luego agregó que un día a mediados de mayo recibió una llamada de la oficina de Morales, en Veracruz, avisándole que dejarían la casa, pues él había comprado una propiedad en el Pedregal. Sin duda alguna el contrato de confidencialidad que acordaron los abogados de ambas partes protege “secretitos” de la pareja que no era conveniente que se hicieran públicos...
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